Juntas sin verdades.

Respiré para saber que aún podía sentir, respiré para saber que aún vivía ,que aún amaba, que aún estabas ahí y que estábamos en el ahí. Cuál es el fin me pregunté, el propósito, a qué se quiere llegar. Es que siempre se quiere llegar a algo. Nunca has sentido que quieres tener un sentir suspendido en el tiempo y mantenerlo y quedártelo de una forma tan egoísta y a la vez tan sincera. Bueno eso sentía quería querer pero no por siempre, no quería que avanzara, sólo lo quería como lo tuve aquel tiempo que ya pasó pero lo quería así, como lo tuve y preservarlo. 
La intención o el propósito nunca fue acabar mal, ni tampoco lo es ahora si esto fuese eterno juro que estaría una de mis vidas sintiendo contigo pero no es así, por ende he de optimizar. 
Eres de los amores inconclusos, pasionales totales que se quieren mantener por siempre pero que en fondo se sabe que no tienen un destino, solo se viven, no se proyectan. Pero no porque sean transitorios duelen menos, se sienten igual a que si se desgarrara algo y te despojaran de todo, así como cuando pierdes algo imprescindible, lloras gritas y añoras que vuelva pero en el fondo sabes que es lo correcto y dejas el egoísmo de lado por única vez, sólo porque adviertes que aquel amor te lo dio todo, no merece una traición de aquellas en las que le das la espalda y te marchas, sino que exige una explicación que nunca se verá satisfecha del todo hasta que sane y se reinvente. Si quisiera dañar, dañar ya lo habría hecho, aunque tu bien sabes a veces amar es el mayor daño refugiado en una fantasía. Somos realmente ciegos ante lo que real mente pasa esto pues al creciente deseo y ahinco a que las cosas resulten, hay veces en las que es necesario detenerse y mirar.

ues


Aquí vamos de nuevo.  ~2013

Es verdad que a medida que crecemos la vida se va complicando, hoy estoy asumiendo. ¿Asumiendo qué?
Ya no sé si asumo que mis decisiones son de mi propia responsabilidad, si asumo que fracasé en mi meta impuesta, mi sueño. O si tan solo estoy aceptando que elegí dentro de mis posibilidades, arriesgándome, pero no tanto.
Más bien caigo en cuenta de las consecuencias de mis actos, en realidad ya no tengo a quien culpar y tal vez eso sea lo que más me cuesta aceptar.

Creo que no hay nada peor que no conseguir algo por lo que uno luchó, pero creo que es aún peor tener que acatar la posibilidades que se nos presentan y que en rigor ninguna cumpla con las expectativas.

Sinceramente he pasado por varias etapas, lo último que quiero es dar lástima y tal vez es lo que más he hecho.

Por otro lado me siento enormemente orgullosa y feliz de cercanos que sí pudieron conseguir su cometido, solo que me hubiese gustado compartir la alegría tanto de su éxito como del mío.