Manuela, Javiera, queridas niñas.
Sepan que mi corazón está muy dolorido por esta noticia devastadora. Lamentablemente, por motivos de trabajo, yo no puedo asistir a su funeral, pero sí me gustaría que esta muerte nos lograra abrir los ojos del alma. No perdamos tiempo en vanos rencores, en enojos pasajeros, en maldades del alma- venganza, odio, ira-. Aprovechemos cada instante con el otro, en familia y, ahora, sobre todo, entre ustedes, compañeras desde hace tanto tiempo y mucho más por delante. Hagamos que el recuerdo de Claudia permanezca siempre en nuestros corazones, enseñándonos que cada instante que estamos juntos lo aprovechemos. La vida es tan corta y la muerte es eterna. Miremos hacia el lado, interesémonos por la compañera, la amiga, la hermana que tenemos al lado. Chicas, que la partida de Claudia no sea en vano: NO ESTAMOS SOLOS. Busquemos, incluso cuando la noche sea tan oscura que no podamos ver, siempre habrá una mano amiga, solo debemos buscar... pero también ofrecer esa mano. Aprendamos. Aprendamos.
Las amo mucho, mis niñitas pequeñas. Que mi saludo cruce el cielo y le llegue a Claudia a través de las estrellas.
Un fuerte abrazo.
Oscar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario