En aquella epoca de principes y doncellas, ella bajo de su carruaje desesperanzada en su llegada, tras varias desilusiones y propuestas en vano, con sombria mirada, y trizteza en sus castaños ojos.
Pero algo cambio su rostro, fue aquel muchacho que se atraveso sin pensarlo y en segundo quedo imnotizada por su mirada, por sus ojos miel, fue entonces cuando lo supo... el amor a primera vista no era un mito.
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